Soy tan viejo que me acuerdo perfectamente de la noticia del día 11 de septiembre de 1973, un martes, cuando las fuerzas armadas chilenas bombardearon el Palacio de la Moneda donde muere el presidente legítimo de los chilenos, Salvador Allende.
Esta semana muchos se levantaron de una pesadilla larga que empezó hace 46 años, durante el golpe de estado de Chile, el 11 de setiembre de 1973.
En su último discurso que pronunció el Presidente Allende por radio dijo,
“…Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.”
Y sigue casi al final del discurso: “Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.”
Las imágenes de abajo, como escaleras al infierno, son de la pesadilla que empezó hace más de cuatro décadas.



Pero este mes de octubre se levantó un nuevo Chile clamando justicia y esas alamedas que habló el Presidente Allende en su último discurso a su pueblo.
Esas alamedas van acompañados por la música de Victor Jara, también asesinado por la dictadura chilena.
La reacción del presidente chileno, Sebastián Piñera, a los manifestantes demuestra en claro la burbuja donde gente como él siguen viviendo hace más de cuatro siglos.
¡Renunciá Piñera! El Presidente Allende habla hoy al pueblo chileno y a ti, a los que intentan detener los procesos sociales con el crimen y con la fuerza.
¡Qué viva el gran pueblo chileno! La valentía que han demostrado los hace dignos de ser hombres y mujeres libres.
#Chiledespertó